Hacía rato que no nos encontrábamos por acá, la esquina justa del intercambio de opiniones, la intersección del decir y del pensar, sosteniendo al segundo con el primero. Para eso se escribe un Editorial, para describir lo que motiva a redactar, narrar las apreciaciones que se tiene de lo que sucede alrededor, y más lejos también. En fin, responder a los requerimientos de nuestros lectores.
Desde la última vez que nos encontramos por esta vereda, tantas cosas han pasado o, como dirían nuestros abuelos, “tanta agua corrió por debajo del puente”. La Revista dejó en parte de ser la “de los amigos del barrio” y no por ello hemos de perderlos; ocurre que 400 personas asistieron a la fiesta aniversario en el Teatro Diagonal. El desafío no achica, ni tampoco permite creérsela, sin embargo, vamos por más, porque así lo fijamos en el primer día que convocamos a los chicos que forman parte de EPILOGO.
Hoy, sin embargo, se quiere dedicar párrafo especial a los que hacen posible que sigamos estando en la red, son ellos quienes leen con dedicación y esmero las notas que cada 21 días publicamos, dejando comentarios que nos permiten crecer. Son 12.000 las visitas que nuestro blog tiene en poco más de un año, demasiado para los sueños de 20 jóvenes - adolescentes y un docente “loco”. Y eso que no hablamos del “traste” de Jessica Cirio, ni las “lolas” de Karina Jelinek.
En particular quisiéramos agradecer a dos lectores que prestaron parte de su tiempo para escribirnos a nuestra dirección de e- mail y brindarnos todo su apoyo: Walter Jara y Juan Manuel Alfonso (Club El Cañón). No sólo a ellos, también vaya la salutación para los que se sientan a leer, aún sin dejarnos comentarios, y a los que aportan su pensamiento crítico respecto a las formas de escribir y a los contenidos de los informes que subimos a la red.
Lo que nunca vamos a permitir, es que se ponga en duda la libertad en el ejercicio de la escritura, algo que practicamos a diario en esta Revista, por el respeto que nos debe nuestra profesión y, sobre todo, por el que le debemos a cada uno de los chicos que conforma esta redacción. Los jóvenes periodistas vienen aquí a aprender y despuntar su gusto por una actividad maravillosa, tanto que algunas personas, como la que recientemente comentó la nota “El Embudo”, de la sección Inconsciente Destructivo, no saben entender.
¿“Bajar línea”? No somos la “señora de los almuerzos” que se la pasa vociferando a favor de una “oligarquía terrateniente" que tantos daños le causó a nuestro país a lo largo de la Historia. Tampoco un medio que oculte los “pasos en falso” del Gobierno. Somos, simplemente, un proyecto de jóvenes, en el que cada uno escribe de manera libre, con el único límite que implica el respeto por el otro. De eso dan cuenta nuestros artículos de las secciones Politikón y Zona Efecto, que testimonian opiniones diversas sobre el conflicto que vivimos.
Seguiremos deambulando por la vereda de la verdad, por no patinar en las aceras enceradas que algunos “falsos vecinos” nos quieren tender como trampas. Cada paso que damos en esta caminata, sentimos que nos hace crecer, en una verdadera senda de libertad y esa es nuestra calle predilecta. No queremos en este país, más semáforos en rojo que nos impidan transitar por el atajo que nuestro espíritu periodístico eligió.
sábado, 14 de junio de 2008
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3 comentarios:
Negro muy buena la tapa la verdad que esta a mi gusto es una de las mejores, un abrazo Fede
Negro muy buena la tapa la verdad que esta a mi gusto es una de las mejores, un abrazo Fede
Se agradece el cumplido de un par de la misma popular. Abrazo de gol.
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