La Bolsa o la Vida

En esta semana cuesta despejar pensamientos que no se refieran a la crisis económica que sufren los Estados Unidos o a los mensajes televisivos de George Bush, cual carmelita descalza, pidiendo el tendido de una soga que lo ayude a salvar su desprestigiado y hundido gobierno. Wall Street, MerVal y otras bolsas de valores del mundo entero, son conceptos corrientes en la boca de los argentinos.

Mientras tanto, los señores de la “alta sociedad”, más que guante blanco, hoy bombacha de campo, se han dado el gusto de volver a paralizar la actividad rural, aún luego de cancelar la tan mentada Disposición Nº 125. Según parece, no alcanza con el paso atrás que dio el Gobierno, quieren más concesiones, piensan que tienen más derechos, como por ejemplo, darse lujo de parar e inspeccionar camiones en plena ruta.

Nadie duda de las necesidades de algunos productores agropecuarios, los del norte, acechados por las sequías de largos tiempos, las pequeñas cooperativas agrícolas de regiones que dependen de un solo producto, ellos requieren de una protección cada vez mayor del ámbito público. Pero también, nadie debe dudar que los asociados a las grandes entidades del campo (léase Sociedad Rural Argentina, Coninagro y sectores de la “d’angelizada” Federación Agraria Argentina), saben tergiversar la coyuntura, como lo hicieron en años de nuestra historia, para sacar ventaja propia.

Son días además, de hablar de inseguridad, tanta que ya no sorprende, de desaparición de menores, un tema que preocupa y tiene menor cobertura mediática, de tribus urbanas, que no necesitan de informes periodísticos para saber que existen, solo basta con dar un paseo por la plaza céntrica de cualquier ciudad.

¿Eso significa que no hay noticias? ¿Qué no hay otros sucesos relevantes que merezcan cobertura periodística? Claro que si, hay miles de historia cotidianas, cientos de acontecimientos que no pasan a ser relevantes porque los grandes medios de comunicación, persiguiendo objetivos comerciales, además de informar y deformar, no les prestan suficiente atención.

En EPIlogo cambiamos la valija de Antonini Wilson por la ONG Mar del Plata de Pie y por la palabra de un referente boliviano. No escribimos sobre Show Mach para hablar de Manuel Dorrego y de los jóvenes que trabajan y estudian. Dialogamos con Ataque 77 y la Arriaga para no seguir abundando sobre marcha, cumbia y lo que las grandes cadenas de música dictan.

Pensamos en lo cotidiano, en los hombres simples y las mujeres esforzadas, en los pequeños proyectos de vida que son ejemplares, en los dramas sociales que no tienen cámara. Esa es la esencia de lo que entendemos por PERIODISMO, verdadera definición de la COMUNICACIÓN adjetivada como SOCIAL.